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Desde sus inicios como cofundador del  Electrocute  Zine a principios de siglo, obsesionado por el vinilo como fuente de sonido, Pablo comenzó sus sesiones en forma de atrevidos  soundscapes caracterizados por el  ruidismo, el  afterpunk y la música experimental. Acuñó el concepto de “ antiparty” ejerciendo de maestro de  ceremonias en audiciones  performáticas cargadas de provocación donde se dejaba  intuir su atracción por  Merzbow,  Hijokaidan y otros ejemplos de música extrema. En el 2007 se afincó, donde además de encontrar nuevos estímulos en la práctica de la improvisación libre, amplía su paleta sonora  hacia nuevos territorios, rompiendo fronteras,  reinterpretando la fusión multicultural en su faceta como pinchadiscos y descubriendo que los patrones rítmicos de África están en todas partes, impresos en color rojo profundo.